21 mayo 2022

Recuerdos del ayer

 A lo largo de nuestra vida obtenemos muchas cosas, otras sin embargo nos vienen predestinadas.

Sabemos que esas cosas en algún momento las perderemos, no sabemos cuando, como ni porqué, pero lo que sí sabemos es que dolerá y que nos parecerá injusta esa pérdida tan dolida.

Tal vez, y solo tal vez, tengáis la esperanza de no perder nada, de que cuando pase el tiempo todo siga como cuando erais pequeños.

Tal vez, y solo tal vez, creáis que esa injusticia poética que es la existencia os perdone y os permita conservar todo lo que tenéis.

Tristemente crecemos y lo primero que perdemos es nuestra inocencia, nuestra ilusión por las nimiedades y creencias inculcadas en la infancia.

Esas primeras pérdidas están causadas por la madurez, porque en algún momento debemos crecer, porque por primera vez vemos el mundo sin el filtro de nuestros protectores, y lo que vemos nos hace más duros y resistentes para así poder seguir adelante.

Cuando te das cuenta, la mayoría de cosas que creías que durarían para siempre, que estarían contigo de por vida y sin las que tu existencia es un poco peor, y tal vez solo un poco peor, ya no están.

Todas esas cosas irremplazables las pierdes, y en un abrir y cerrar de ojos solo encuentras un sofá vacío donde siempre encontrabas sentado viendo la televisión a un ser querido, una cama hecha donde antes encontrabas un revoltijo de mantas, los ladridos de un perro a la hora de la comida que se transformaron en silencio, la ausencia de su calor al tumbarse a tu lado y por supuesto, la ausencia de su compañía.

Y al final, cuando pierdes lo importante, la única verdad que queda es que la vida es cruel, que lo mejor se termina yendo y que las cosas se pierden con el tiempo.

Y al final tal vez, y solo tal vez, no te arrepientas de no haber disfrutado más tiempo con ellos. Que tal vez, y solo tal vez, les hayas demostrado todo lo que tu corazón y tu alma alberga por ellos. Que tal vez, y solo tal vez, no te quede esa espina en el fondo de tu corazón.

Y aunque todo sea cruel e injusto, en el fondo siempre hemos sabido que llegado un día lo perderíamos todo, porque el dolor nos hace humanos y sobre todo nos hace valorar más lo que aún tenemos y que, aún sabiendo que también lo perderemos, deseamos no perderlo nunca.


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